Cuida de tu cuerpo. Es el único lugar donde tienes que vivir~ [Abierto/Libre]

-Cada día, cada mañana, por lo menos unas 2 o 3 horas al día, se levantaba a hacer ejercicio, tenía tendencia a engordar, además de los kilos y kilos de chocolates que comía al día, y no le gustaba en lo absoluto; además amaba sus piernas bien torneadas, su abdomen semi relleno pero a la vez delgado, por lo tanto, hacía varios deportes en esas horas. Despertó a eso de las 8 de la mañana, siendo que no iría a clases ese día, y se sentó con suavidad al borde de la cama. Miró por la ventana mientras se estiraba con levedad, se puso de pie y caminó hasta el closet donde buscó ropa de joggin, un polo claro y la sudadera fucsia que tanto le gustaba. Caminó hasta la mesa de noche, tomó una gomita de cabello y mientras caminaba hasta el buffet se lo ató.

Se adentró al lugar de comidas sintiendo como en su nariz se impregnaba el olor a café que invadía el lugar, escuchando ruidos de platos y tazas golpearse entre sí mientras los lavaban y rellenaban en aquella mesa de elecciones. Tomó una bandeja, puso un tazón el cual llenó de café y un poco de leche, tomó dos sobres de azúcar y caminó hasta la mesa de sólidos, allí tomó 4 tostadas y varias cosas para colocarle encima. Mientras se dirigía a la mesa para comer su desayuno pensaba en miles de cosas que debía de hacer y en otras miles que deseaba concluir antes de que terminase el fin de semana. Se preguntaba donde estaría su hermano, su mejor amiga y los demás chicos; podía notar chicos de otras facultades desayunando allí, pero ella estaba completamente sola en esa mesa vacía, algo realmente deprimente para una chica de tercer año.

Respiró profundo al terminar de comer todo aquello y se puso de pie llevando la bandeja al carrito de trastes, dejó el tazó en la pileta de arriba, los platos en la del medio y la bandeja en el de abajo, así tal cual debía hacerlo, y finalmente se giró retirándose del lugar. Tomó su celular, el cual reposaba dentro del bolsillo de su abrigo y observó la hora, las 9 se acercaban y ella recién estaba saliendo de aquel lugar. Caminó hasta el patio de entrenamientos, yendo hasta el galpón de elementos de donde sacó un balón redondo, una soga un poco más larga que su altura y una barrera de salto. Colocó la barrera de salto a unos 100 metros de donde ella estaba, el balón cerca de un arco y la soga a otros 100 metros del arco, haciendo así un mini circuito de entrenamiento; era cierto, ella era bastante masculina pero con aquello ejercitaba todos sus músculos: corría hasta la barra, ejercitando sus gemelos, saltaba la baya ejercitando sus muslos y glúteos, continuaba corriendo hasta el arco donde tomaba la pelota y tiraba en el mismo ejercitando sus brazos; luego continuaba su corrida hasta la soga la cual tomaba y saltaba unas 50 veces hasta finalmente dejarla, acostarse en el pasto a unos pocos metros de ella y hacía aproximadamente 100 abdominales para luego retomar aquél circuito.

Lo hacía unas 4 o 5 veces antes de sentarse al medio de dicho sector a descansar con su botella de agua y su toallón los cuales la esperaban. Hizo aquello 5 veces y luego de los 100 abdominales caminó con la respiración agitada hasta el centro donde se sentó con suavidad, tomó la toalla y se secó el rostro y las manos puesto que en todo lo demás aun llevaba la ropa. Tomó la botella, bebió unos cuantos sorbos y finalmente se dejó acostar en el verde y húmedo pasto el cual le dio paz, calma y una sensación de bienestar imposible de igualar; sumado a aquello, el cielo estaba celeste y despejado, diciendo que ese día haría calor, mucho calor.

Recordó cuando nadaba, ese era su deporte favorito, pero no sabía si en aquel lugar había alguna; acto seguido a sus pensamientos, cerró sus ojos y dejó que el tiempo pasar mientras descansaba un poco ignorando la presencia de alguien más en ese momento.-